El ojo humano tiene una curiosa cualidad. Puede advertir objetos cuando se mueven. No obstante, al quedarse quietos, desaparecen integrados con el fondo.

¿Nunca te ha ocurrido que, al pasar por una habitación, te haya parecido ver moverse una sombra en el fondo del pasillo pero, al retroceder para mirar, no había nada?. Otras veces puede ocurrir en la oscuridad de una esquina… o algo que se mueve por el rabillo del ojo y, de nuevo, al girar la cabeza ha desaparecido.

Siento la intranquilidad de que algún día, al volverme para mirar fijamente, pueda encontrarme con ese ser que, sospecho, comparte mi vida hace tiempo. Muy quieto y acurrucado en la oscuridad, mirándome intensamente, temiendo ser descubierto.