Estimado Ignacio:

Cuando leí la frase "una subasta era el lugar en donde el arte abandona su virginidad" me dije: ¡Guau! Más tarde se me ocurrió una idea que paso a contarte porque soy consciente de que te gusta una polémica más que a un tonto un lápiz.

¿Desde cuando ha sido virgen el arte? ¿desde cuando un artesano se convirtió en artista? incluso el excelso Leonardo iba de Florencia a Roma, a Milán, a Venecia… con su currículum bajo el brazo intentando que alguien le contratara. Y no tuvo reparos en organizar decoraciones para los fiestorros de Ludovico Sforza.

A partir de cierto momento, se empezaron a atribuir a los artistas cualidades intelectuales, morales o espirituales superiores y, hoy en día, nos escandalizamos si esa imagen se ve traicionada.

Si estuviésemos en un diálogo de Platón, Agatón podría argumentar que la belleza es de naturaleza divina ya que cuando Krishna se manifestó a Arjuna le dijo:

Has de saber que todo cuanto haya de bello o bueno, toda chispa de gloria o de poder que puedas apreciar forma parte de mi naturaleza.

Por lo tanto, si un artista es capaz de crear una obra bella, por muy terrible que esa belleza pueda ser, debe también participar de algo divino.

A lo que Sócrates contestaría, desvelando el misterio que le revelara la extranjera de Mantinea, que la belleza no está en los objetos externos. La belleza es un sentimiento que está en el corazón del que la siente.

"El Amor no se oculta en la rosa, sino en la capacidad de oler su perfume" (Ibn' Arabi)

Y parafraseando de nuevo a Corbin-Ibn’ Arabi:

¡Escucha oh amado!
He creado la percepción en ti con el único fin de que puedas percibirme, y cuando Me percibes, te percibes a ti mismo
Me he mostrado a ti tan a menudo y tú no Me ves.
Me he convertido en fragancias tan a menudo y tú no Me has apreciado.
En comidas sabrosas y tú no Me has saboreado
¿Porqué no puedes alcanzarme a través de los objetos que tú tocas? ¿o respirarme a través de dulces perfumes?
¿Porqué no Me ves? ¿Porqué no Me oyes? …
¡Yo soy la Belleza! ¡Yo soy la Gracia!.

Un artista no posee ninguna naturaleza divina especial pero puede percibir y transmitir la belleza permitiendo, al espectador, apreciar un lejano y evanescente aroma de La Belleza.